Otro símbolo histórico de la ciudad de Milán es uno de los castillos más grandes de Europa. Fue construido en el siglo XV por deseo de Francesco Sforza, duque de Milán. Durante muchos siglos ha sido el protagonista de numerosos eventos penosos y para los ciudadanos de Milán se había convertido en el emblema del poder represivo de los Señores de Milán o de los conquistadores extranjeros. Finalmente en el 1900 el castillo se convirtió en un lugar de cultura, donde se conservan numerosos testigos del arte lombardo.
Actualmente es sed de museos: en la planta baja, conocida como 'de la corte ducal', está el museo de arte antiguo, en la primera planta hay una recopilación de muebles y la Pinacoteca, en la primera y segunda planta 'de la Rocchetta' están las recopilaciones de arte aplicado y el museo de los instrumentos musicales; el subterráneo 'de la Corte Ducale' aloja el museo de la prehistoria y el museo egipcio.